En 1973, en plena crisis del petróleo, la mayor parte de la electricidad gala dependía de las importaciones de crudo extranjero. El entonces primer ministro, Pierre Messmer, lanzó el famoso Plan Messmer, un ambicioso programa con el objetivo de que Francia generara toda su electricidad a partir de energía nuclear. Cuatro décadas después, la energía nuclear cubre 71% de producción eléctrica en Francia. Hoy, Francia representa la tercera potencia mundial que más energía nuclear produce por detrás de Estados Unidos y China. En octavo y noveno lugar se encuentran Alemania y España respectivamente. A nivel mundial, la energía nuclear supone un 10,9% de la generación de energía eléctrica. Pese a ello, la energía nuclear siempre ha estado cuestionada y sometida a un duro escrutinio por cuestiones varias tales que su viabilidad financiera, seguridad nuclear e implicación en la transición energética. La guerra en Ucrania ha acelerado las respuestas al ya intenso debate que cernía sobre la energía nuclear, obligando a los estados miembros a posicionarse sobre la continuidad futura de esta tecnología en su mix energético. Recordemos que la guerra ha puesto de relieve el talón de Aquiles de Europa: su dependencia sobre la importación de hidrocarburos. El nuevo escenario ha obligado a rediseñar los planes de futuro energético de Europa. Recordemos los 3 pilares fundamentales en los que debe desarrollarse el mercado energético Europeo: Seguridad de suministro, Competitividad y Sostenibilidad. En 2022, Emmanuel Macron prometió la construcción de hasta 14 nuevos reactores nucleares en los próximos 20 años, pese a sus planes anteriores de ir reduciendo progresivamente el paso de esta fuente de energía.
¿Bajo este liderazgo francés, cual es el futuro de la energía nuclear en Europa?
A día de hoy existen 436 reactores nucleares activos en el mundo, de los cuales 103 se encuentran en Europa repartidos en 13 países de los 27 miembros de la UE. Alrededor de un cuarto de la generación eléctrica de toda Europa proviene de la energía nuclear y más de la mitad se produce en un solo país, Francia. Los países europeos dominan la clasificación mundial de la participación de energía nuclear en el mix energético con 14 de los 15 primeros puestos.
En la UE, hasta catorce Estados no producen ni un solo megavatio de energía nuclear. Son, concretamente, Dinamarca, Estonia, Irlanda, Grecia, Croacia, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Austria, Polonia y Portugal. De todos ellos, Italia y Lituania son los únicos países que llegaron a tener alguna vez un reactor nuclear. En la década de los 60, Italia producía energía nuclear hasta que en 1990 a través de un referéndum nacional se decretó el cierre de todas las plantas. En 2011, el entonces ministro de Desarrollo Económico, Claudio Scajola, propuso volver a construir diez nuevos reactores, pero Fukushima y un nuevo referéndum en el que el 94% votaron a favor de prohibir la construcción, paralizaron el proyecto.
Alemania hasta marzo de 2011 (desastre nuclear de Fukushima) obtenía una cuarta parte de su electricidad de la energía nuclear, utilizando 17 reactores. Solo tres reactores permanecen en funcionamiento a partir de octubre de 2022, proporcionando alrededor del 6% de la electricidad del país, mientras que más de una cuarta parte de su electricidad proviene del carbón, la mayoría de lignito. Inicialmente todos los reactores estaban programados para cerrar a finales de 2022, pero en Octubre de 2022, el Canciller Olaf Scholz decidió que los tres reactores de energía nuclear restantes siguieran funcionando hasta mediados de abril 2023 para compensar la reducción del suministro de gas Ruso.
España, por su lado, cuenta con 7 reactores activos que proporcionan una quinta parte de la generación eléctrica. El país lleva desde principios de la década de 1980 eliminando gradualmente sus programas nucleares, y paralizando totalmente su desarrollo en 1994 con la Ley de Ordenación del Sistema Eléctrico. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) contempla en su escenario objetivo el funcionamiento del conjunto del parque nuclear hasta finales de 2027, reduciéndose la potencia instalada a menos de la mitad en 2030. A partir de ese año, el resto de potencia cesará su operatividad hasta el año 2035.
Actualmente únicamente 2 países de la UE , Francia y Eslovaquia, tienen dos reactores nuevos en construcción. El parque nuclear Francés está constituido de 56 reactores de segunda generación (REP) repartidos en 18 centrales. Un reactor de tercera generación ‘EPR’ (European pressurized Reactor) está siendo construida en Flamanville (Francia) con una potencia de alrededor 1650 MW. Inicialmente, su arranque estaba previsto en 2012 y se ha ido postergando por dificultades técnicas hasta 2023. La evaluación del coste de construcción que inicialmente fue 3.400 millones de euros ha sido ahora estimado en 12.400 millones de euros.
Table 1: Nuclear Power in the European Union
Source: World Nuclear Association
Alianza Pro-Nuclear
En el marco del Consejo de Energía de la UE celebrada en Estocolmo, que tuvo lugar el 27 y 28 de febrero del 2023, la ministra de Energía francesa, Agnès Pannier-Runacher, invitó a una docena de países a conformar una alianza pro-nuclear. El objetivo de la alianza es cooperar más estrechamente en el desarrollo de toda la cadena de valor de suministro nuclear y promover proyectos industriales comunes para el desarrollo de nueva capacidad de generación, así como de nuevas tecnologías. Los firmantes del acuerdo fueron 11 países: Francia, Bulgaria, Croacia, Hungría, Finlandia, Países Bajos, Polonia, República Checa, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia. Todos ellos comparten que la energía nuclear es una herramienta para alcanzar los objetivos climáticos y garantizar la seguridad del suministro energético en Europa. Italia, que inicialmente tenía la posición de unirse a la alianza, no firmó la declaración conjunta. Alemania, Bélgica, Portugal y España se manifestaron en contra del desarrollo de la energía nuclear. España y Alemania apuntan a las energías renovables para alcanzar los objetivos, con foco en el hidrógeno derivado de energías renovables como la solar o la eólica. Recordemos que, en Julio del 2022, Francia ya logró el compromiso de Alemania para conceder el sello ‘verde’ a la energía nuclear y el gas. Con este acuerdo la Comisión Europea aceptó considerar ‘sostenibles’ las inversiones futuras de centrales nucleares con permiso de construcción antes de 2045 y las plantas de gas que emitan menos de 270 gramos de CO2 por kWh hasta 2031 o menos de 100 gramos en el conjunto de su vida útil.
En Francia, la ley del 17 de Agosto de 2015 relativa a la transición energética instauró un tope a la potencia instalada de 63,2 GW. Desde entonces, la puesta en servicio de nuevos reactores está condicionada por la parada de reactores más antiguos. Así mismo, está ley junto a la de energía y clima del 8 de Noviembre de 2019 fijaron como objetivo la reducción del 50% de la capacidad nuclear en el mix energético hasta 2035. Sin embargo, la guerra en Ucrania sumado al estado muy debilitado del parque nuclear francés ha hecho reconducir el plan energético nacional. Cabe recordar que, entre los 56 reactores del parque nuclear, cerca de dos tercios han alcanzado un servicio de más de 31 años, de los cuales 11 han sobrepasado 40 años. La edad media de los cuatro reactores más recientes es de 15 años. En Septiembre de 2022, en plena crisis energética, 32 de los 56 reactores estaban en parada debido principalmente a problemas de corrosión. Este hecho provocó una grave inestabilidad de suministro eléctrico y los precios más caros de Europa alcanzando en los productos a futuros más cercanos los 2.949 €/MWh.
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Figure 1: Evolution of France Forward Peak and Base price for Q1/23 Source : M.Tech platform – Magnus Commodities
Francia aprueba la ley de reactivación nuclear
El presidente de la República, Emanuel Macron se ha manifestado en varias ocasiones a favor de la conservación de la flota nuclear y a la construcción de nuevos reactores. El presidente ha destacado en varias ocasiones la necesidad de aumentar el suministro de electricidad ‘hasta un 60%’, ya que el país intenta reducir el consumo de petróleo y gas en los próximos 30 años. El 2 de noviembre de 2022, la ministra de transición energética Agnès Pannier-Runacher presentó en el Consejo de ministros el proyecto ley de reactivación nuclear que fue aprobada el 21 de marzo de 2023. Está ley que tiene como objetivo facilitar el desarrollo de la energía nuclear, es uno de los tres ejes fijados por el presidente de la Republica para salir de las energías fósiles y alcanzar la neutralidad carbono en 2050. Los otros dos ejes de la estrategia energética anunciada en su discurso de Belfort son el desarrollo de las energías renovables (ley del 10 de marzo de 2023) y la sobriedad energética (eficiencia del consumo energético) presentado el 6 de octubre de 2022 y en progreso de aprobación.
Esta nueva ley de reactivación nuclear ha aprobado une serie de objetivos tales que:
- La construcción de 6 reactores EPR2 y la posibilidad de otros ocho reactores más de aquí a 2050.
- La anulación del objetivo de reducir 50% del parque nuclear hasta 2035
- Implementación de disposiciones para acelerar la resolución de litigios relativos a los procedimientos para nuevas instalaciones nucleares.
- Endurecimiento de las sanciones por allanamiento de las centrales
El camino no va a ser fácil, tanto para los que van a apostar por la energía nuclear como para los que van a apostar más por otras tecnologías. En lo que concierne la energía nuclear, una de las principales limitaciones son los grandes costes asociados a la construcción de centrales nucleares, en ocasiones varias veces superiores a los costes anunciados al principio ((i.e Flamanville en Francia y Olkilkuoto en Finlandia). Otra limitación son los costes por mantenimiento, que en algunos países como en Francia, suponen un gran reto ya que la edad media de sus reactores es de 34 años. El coste de gestión de los residuos reactivos es otro obstáculo más que incluye la creación de nuevos emplazamientos de almacenamiento para hacer frente a la saturación de los emplazamientos existentes. Así mismo, la energía de fisión se encuentra afectada por la escasez de uranio. El pico de uranio, que aparentemente ya se ha producido, sucedió en 2016, aunque todavía es demasiado pronto para que se noten sus efectos. Sólo Francia consume 8.000 toneladas de uranio al año, alrededor del 13% del consumo mundial. Para ello, Francia que cerró su última mina en 2001, depende de yacimientos localizados principalmente en Canadá, Kazajstán y Nigeria.
Así pues, la guerra en Ucrania ha acelerado la toma de decisiones y acuerdos en materia de política energética. Varias son las medidas y propuestas que se han ido sucediendo a lo largo del último año entre los 27 miembros que conforman la UE. Sin embargo, todas ellas han chocado con una evidente heterogeneidad geográfica, política, económica y tecnológica. Bajo este prisma, cabe esperar una divergencia significativa en el trazado hacía la neutralidad carbono 2050. Europa afronta uno de sus mayores retos en materia de seguridad de suministro energético, competitividad y sostenibilidad. La energía de fisión es para muchos indispensable en este recorrido de grandes metas.
Juan Carlos Romaní|Head of Energy Markets at Magnus commodities